María* no explica con claridad por qué tendrá que salir de su casa en los próximos días. Habla de una promesa de compraventa, de una notificación oral de desalojo, de una firma que dio su mamá —de 84 años, titular de la propiedad— en la notaría de la Terminal del Norte. Lo que sí tiene presente es que por allí, por la calle 73, pasará el metro de la 80 y que su predio es necesario para esa obra. Pero es justo en esta parte donde la pita se enreda: “Nos están ofreciendo $300 millones por una casa que, según nos dicen, vale más de $500”.
María no está sola, la acompañan Robinson, Rubiela, Juan Carlos y hasta Liliana, la presidenta de la acción comunal de El Volador. Sentados a las afueras del negocio de Robinson, uno repleto de bolsos que no se venden muy bien por estos días, relatan en conjunto la situación que los trasnocha: dicen que la Alcaldía de Medellín, la EDU, el Metro y la Lonja están formulando avalúos por debajo de los precios de mercado; que el metro cuadrado (m2) lo quieren pagar “regalado”.
Algunos viven en el corredor por donde pasará directamente el metro ligero —son vecinos de María— y otros tienen casa y negocio a unos metros, sobre la carrera 69, donde se proyecta la construcción del intercambiador vial Rinconcito Ecuatoriano, una de las obras complementarias de la intervención. No viven bajo el mismo techo, es cierto, pero comparten como si fueran familias un ramillete de pancartas que exigen pagos justos, trato digno y reparación.
Algunos mensajes dicen: “No vemos las iguales o mejores condiciones, ¿dónde están?”; “Muy bonito el discurso, pero los hechos qué. ¡Exigimos coherencia”; y uno más: “La Lonja factura, la administración se enriquece y la comunidad se empobrece”. Las misivas son demoledoras y retratan la desconfianza que hay en el sector en medio de la negociación de más 1.000 predios para los que el Distrito dispuso de $935.000 millones —la obra completa se proyecta en $3,5 billones—.http://www.avaluosenmedellin.com/wp-content/uploads/2022/11/BANER-1.png